Valoramos el Proyecto de Ley de Familias recientemente aprobado por el Consejo de Ministros

Nuestras compañeras del Punto de Encuentro Familiar de Ribeira comparten en las siguientes líneas su percepción del Proyecto de Ley de Familias que sido aprobado recientemente en el Consejo de Ministros:
Desde el equipo valoramos positivamente el contenido de la norma, especialmente por su enfoque integral (recoge prestaciones económicas pero también hace alusión a aspectos de índole estructural como vivienda, empleo, perspectiva de género, el reconocimiento de la diversidad de modelos familiares, acceso a la educación, conciliación y corresponsabilidad, ocio y tiempo libre o recursos de la red pública que intervienen a nivel psicosocioeducativo con las familias) y también por el hecho de poner en el centro el bienestar de la infancia y la adolescencia.
En este marco, el proyecto contempla medidas de apoyo y prestaciones enfocadas en las primeras etapas de la vida (una prestación económica de 0 a 3 años y un marco estatal de apoyo a los primeros mil días), medidas que pueden considerarse insuficientes si tienen como objetivo apoyar a la crianza e reducir la pobreza infantil. En ese sentido, se rescata la idea de una prestación universal compatible con otras prestaciones que puedan estar recibiendo las familias en situación de vulnerabilidad, lo cual resulta coherente con el principio de interseccionalidad que recoge la norma.
Por otro lado, conviene destacar que esta ley supone un avance importante en cuanto a visibilización y reconocimiento de modelos familiares no normativos, el cual permite que la diversidad de la realidad social impregne los textos legales y siente jurisprudencia a la hora de dictar sentencias en materia civil y penal relacionadas con la realidad familiar. Más allá de esta visibilización, también conviene que esto se materialice en medidas tangibles, lo cual se relaciona de manera directa con el enfoque de cumplimiento de mínimos requisitos que la ley muestra a la hora de transponer los permisos recogidos en la Directiva 2019/1158. En este sentido, se considera la importancia de que estos permisos parentales y de cuidados puedan ser remunerados, así como que se contemple su ampliación para que se adapten adecuadamente a las necesidades de cuidado de la infancia.